La primera infancia se extiende desde la gestación hasta los seis años. El interés por esta etapa es porque múltiples investigaciones demuestran que el mayor desarrollo del cerebro ocurre durante este periodo y que es aquí cuando se desarrollan las habilidades para pensar, hablar, aprender y razonar. Por ello, la educación de buena calidad en esta primera etapa es determinante para que los niños puedan desarrollar todo su potencial y entrar en condiciones de igualdad al sistema educativo formal.
En muy pocos años desde el nacimiento hay una persona que habla, siente y actúa y que, a pesar de sus pocos años ya es capaz de enfrentarse, en la medida de sus posibilidades cada vez mas crecientes, a lo que le rodea, y ser inteligente y útil a sí mismo y a los demás.
Los padres y las madres, la familia como una unidad integral, constituyen el agente educativo más influyente en el desarrollo de la personalidad del niño durante los primeros años de la vida. La familia es el grupo humano primario más importante en la vida del hombre, la institución más estable en la historia de la humanidad. Luego el entorno social desde la educación escolar, la relación con los demás seres humanos y el espacio geográfico momento histórico y condiciones ambientales en general son determinantes en lo que después de la primera infancia alcance ese ser humano en desarrollo.
Desde la perspectiva del trabajo docente
El docente es a lo largo de la su profesión un estudioso que vive de
lleno el desarrollo y cambio de sus alumnos pues con los años de estudio dentro
de la institución se vienen en los educandos cambios físicos, mentales,
psicológicos e intelectuales entre muchos más. Es por ello que no podemos dejar
de lado la función de investigación que el docente debe saber ejercer para
poder llevar de la mano los procesos de desarrollo e incentivar con esto la
actitud de los sus propios alumnos.
Todo lo anterior ante la necesidad de saber que como docentes debemos
siempre tratar de llevar unos pasos adelantes de nuestros educandos, debemos
saber que viene para poder contrarrestar acciones que sean negativas y darles un
cambio de direccionalidad donde se saque provecho de las situaciones cotidianas
de la vida escolar. Y es aquí donde la investigación se torna un pilar que
sostenga una postura que nos caracterice como docentes capacitados lo más
posible y marque diferencia en nuestra persona y nuestra imagen laboral que
siempre será el brazo derecho de los alumnos sabiendo que no hay que dejar lado
el humanismo para llevar siempre el proceso de la educación en un forma mutua
con los niños.
Desgraciadamente esta acción tan
fundamental ha sido desplazada únicamente por el seguimiento de los materiales
de trabajo que les son entregados a los docentes, por lo que muchas veces se
ofrece una educación lineal que no favorece este proceso donde se encuentran en
crecimiento y por falta de iniciativa así como de conocimiento se desperdicia
el proceso de adquisición del aprendizaje pues solo es limitado lo que se
ofrece cuando existe un mar de cosas que pueden ser trabajadas ya sea de forma
explícita o implícita.
Por último resta decir que ante la problema anterior es de suma
importancia como ya se menciono con anterioridad que los docentes sean personas
que también tengan por vocación una habilidad de investigación que los dote de
todas aquellas herramientas y conocimientos pertinentes para realizar un
trabajo más productivo y provechoso donde sea por medio de una persona que los
alumnos puedan ser mejor capacitados, desarrollados y complementados en
aspectos diversos teniendo así alguna probabilidad mas para poder atender a las
problemáticas de la vida cotidiana y de paso se incentiva a que se puedan abrir
puertas de la superación personal o académica.
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